El miedo provoca dudas y esas dudas no permiten que se avance emocionalmente, sentimentalmente, nuestras metas se vuelven cuesta arriba, casi inalcanzables, veamos, el sentir amor por nuestra propia vida; claro si nos amamos a nosotros mismos amamos a los demás, pero nuestro temor al fracaso, prevalece más; el miedo de sufrir una desilusión. por tomar una mala decisión. Es un error insistir en esas interrogantes porque nuestra misión en la vida no es preguntar. Es la vida quien nos pregunta; nosotros, respondemos. Ella no nos interroga con palabras sino con circunstancias. A cada paso, nos topamos con situaciones, desde las más sencillas hasta las más complejas y trascendentes, por ejemplo cambiar de trabajo, romper una relación de pareja porque no nos hace feliz, decirle a aquella persona que no nos conviene, mudarnos a otra ciudad o permanecer en ella. Pero que pasa si creemos en Dios, todo cambia.
Por Alex Palacios