Mírala, allí viene, como siempre, esbelta
segura en sus pasos, valiente
tacones altos, falda corta, sonrisa abierta
todo lo luce, indiferente
la espero donde nuestros encuentros
donde tantos besos y promesas.
¿Pasará de largo, mirará hacia dentro?
tras los cristales me mira y me tira un beso
como acostumbra ella
y sigue el camino, como si nada de esto
como si aquellos encuentros
fueran solo sueños, verdad bien cierta.
¿Entonces, por que escribo estos versos?
¿de angustia por tocarla?, ¿por tenerla?
¿todo es ilusión?, ¿todo es incierto?
¿nada de esto ocurrió?
¿por qué la espero, donde empecé a perderla?
¡Qué sé yo!