Mi niño, que triste tu mirar
con ese nervio incrustado
y tus ganas de tener, papás.
Nunca tuviste la culpa, mi niño
de hallarte, en aquel lugar
aveces la vida es injusta,
decisiones duras que tomar.
Siempre fuiste amado
no te quepa duda jamás,
aunque también te apartarán,
de lo que tú, tanto amabas...
tus hermanas, que no te olvidarán.
Mi niño indefenso, andaba perdida
y allí encontré lo mejor de mi vida.
Surgíste, por arte de magia
sabio, con tu carita lánguida
diciendo; ¿queréis ser mis papás?
Y llegó el alumbramiento...
mis ojos no veían más,
los sueños cumplidos tu y yo
nadie más , nos iban a separar.
Dolores de parto, hasta llegar a ti
descarga del alma al poderte sentir,
con abrazos y besos te percibí,
tanto amor que tenía,
guardado para ti.
Entre risas y sollozos,
dispuestos a volar,
en família, agradecida
de tenerte entre mis brazos
y ya poderte adorar.
Con el paso de los años,
mi niño creció, sabiendo
que en su vida otra familia existió.
Convirtiéndose en un hombre,
ese hombre...que tanto amo yo.