Si pudiera parar el sol o la luna
para que el tiempo sea eterno;
si pudiera eternizar tu mirada
o volver tus besos mas lentos.
Hay de este pobre que te ama
como el sol que ilumina el cielo,
hay de este mero mortal poeta
que no llega a ser tu caballero;
pero no importa porque amas
a mi pluma, y yo solo te quiero.
Cuando una lágrima sea el mar,
entonces seré ferviente velero
para decirte cuanto lo que amo
de esa flor que es tu pebetero.
Mírame un segundo, oh mujer,
y será mi luz tu mundo entero.