Con mi amor al azar jugabas
a sabiendas que ganarias la partida
sin saber que a la siguiente ronda,
las cartas vendrian invertidas.
Apostabas lo que por ti sentia
ante el albur de la vida
y obtenias las ganancias,
de una forma pregresiva.
Destapaste tu tus cartas;
yo despacio destape las mias
y en la ultima carta, mi vida,
sentias que con ella morias.
Ya ni para que discutir ahora;
la suerte aquella noche se escribia;
ganabas una batalla tras otra,
pero la ultima guerra ganada era mia.