Dejad el llanto
susurrado...
en los valles escondidos
de la tierra,
donde mi corazón
se agasaja de cariño...
en las aguas desteñidas
de amapola,
entre ríos turbulentos
se amotina...
entre fuentes
desnutridas
de tormenta,
en el ángulo
desgarrado de su herida...
por la tarde
desbocada
en que se adventa.