Cada día que pasa, más sola quedo. Por mi culpa, metida en mis recuerdos, en todo cuanto tuve, de bueno y malo, de tanta gente que se ha ido e que tanta falta me hace, casi siento que están cerca, que me protegen e dan coraje para seguir adelante.
Miradas cariñosas envolviéndome, manos seguras cogiendo las mías, abrazos que nunca volverán.
Mi dulce alma que sufres en silencio, lo que he perdido en este vivir ya tan largo, pero no el suficiente para dejar de ser niña aún.
Como volcán hirviendo sin explotar, quiero vivir e tener deseos, soñar con el futuro.
El porqué de mi sentir, de ser distinta de casi todos, no lo sé.
Mis ojos todo captan, mi alma todo siente, mi corazón todo guarda.
Todo lo que he amado, lo amo aún, todo lo que he llorado lo lloro, sin lágrimas.
E continuo, buscando abrazos dulces e verdaderos. Busco otras manos seguras e quiero seguir siendo la misma, aquella que no se olvida, que aún es deseada por su manera de ser envuelta en una mezcla de belleza como sol del ocaso, pero que al otro día volverá a brillar.
En el nada de mi ser, en lo vacío de lo que somos, voy errante por caminos desconocidos, buscando un poco de felicidad.
Hace mucho que no ando por estas páginas, estuve tan dolorida e triste, con lo que me han hecho, que no quise exponer la maldad de quien lo hizo.
Esperé sanar mis heridas, para continuar escribiendo sin borrador e sin pensarlo.
E de nuevo vuelvo, como antes, sin sabiduría, ni derecho a hacerlo, pero lo hago pensando solamente que para allá de las nubes quedará.
Oporto,9 de noviembre de 2017
Carminha Nieves (secreet50)