Sin hablarte
te digo tantas cosas
y te escucho
como hablas tan deliciosamente,
sin oírte.
Y voy sumando
todos tus besos,
el brillo de todas tus miradas,
el calor de todos tus abrazos.
Recojo con mis manos
del día amaneciendo
tus caricias de seda
las guardo en el sol de oro,
que puebla mi corazón.
Tu dulce sentir
hace de mi vida
la más dulce y mejor poesía.
10-11-2017