T u s b e s o s no esperan al destino,
ni al camino, ni al cielo.
Las ruinas de un río no saben llegar
a la luna, al reflejo de la muerte.
No espera el espejo a su torrente
de quietud, a su eterna mirada.
Un girasol sobrevive entre los huesos
como un pequeño sol.
Un brazo caído no regresa a la herida
como un gusano rojo.
El silencio de la tierra no se borra
con la lluvia, con la persistente lluvia.
Viejas antorchas/ no muestran el camino
a los ascetas.
Las nubes, en cambio, permanecen
atadas al pedestal de fuego.