Cuando la palabra escrita aún no existía y no existía alfabeto alguno. Cuando aún no se habían desarrollado símbolos que expresaran los sonidos. Cuando la humanidad ancestral debió contar sus historias de dioses, de conquistas, de vida, de muerte, de héroes y de mártires. Cuando tuvieron la necesidad de trascender y perpetuar su existencia individual y colectiva, utilizaron la trasmisión verbal y como recurso, la poesía.
Su cadencia musical se constituyó en la embarcación que los llevaría a navegar por los mares del conocimiento y las emociones.
La poesía es, por esta razón, fundante de los alfabetos.
La interacción entre los pueblos de la primera humanidad, pueblos que luego se fusionarían o se separarían constituyendo diferentes sociedades y culturas, fue adicionando vocablos y expresiones, también definiendo objetos, situaciones y acciones en los distintos grupos étnicos y sociales, amalgamando sus historias, aprendizajes y conjugando sus orígenes comunes.
La poesía, es también entonces, fundante de los idiomas.
La poesía representa mucho más que una expresión cultural o una manifestación artística.
Es la necesidad de expandir límites y establecer nuevos vértices como cotas que definen el plano emocional, para redefinirlo al instante siguiente.
Es la exclamación de la voz misma de una o varias generaciones, cultivando la semillas de sus descendientes.
Por ello, la poesía no puede ser analizada, criticada o corregida. La personificación, el contexto, el emisor, los receptores y su interrelación, hacen única a la poesía para cada intérprete y receptor. Porque todo análisis requeriría un conocimiento emocional de los agentes intervinientes en cada contexto y este varía, cambia, muta constantemente de acuerdo a circunstancias, muchas veces únicas.
Por su carácter natural, tampoco existe un idioma o alfabeto capaz de contenerla.
Simplemente estalló allí, como un Big Bang, creando un universo emocional donde no había nada, poniéndole luz a las tinieblas, creando emociones y palabras como jitanjáforas, colocando su impronta a la expansión de su propio universo y al multiverso de las voces en general.
No pueden establecerse parámetros para delimitar a la poesía, su expansión es multiforme y genera a su paso, cultura, palabras, idioma y sintaxis.
La poesía tiene la particular virtud, de tener tantos significados como intérpretes o como estados emocionales de los mismos. Lo que es expresado como una poesía no puede ser expresado de otra manera, porque no hay una sola interpretación para ella
La poesía latinoamericana, ha gestado su impronta en su génesis territorial, en su historia de conquista e independencia, en su conjunción interracial, en la amalgama de lenguajes y dialectos y en el eje natural que nos une como hermanos.
Tiene miles de exponentes en todos los géneros y en todos los ámbitos sociales y culturales. Tiene identidad propia:
“La evolución de nuestra historia independiente y libre.”