Vengo en tu busca, cansado del camino
acepta mi mano, no me des la espalda
encontrarte de nuevo, superar el destino
alegró mi corazón, me dio paz y calma
Anduve vagando entre amaneceres y ocasos
por montañas y valles, bosques y ríos
pero no agote mis ansias, ni mis pasos
nunca me sentí solo, ni perdido
Aunque a veces, en mis íntimos sueños
nebulosa onírica de claroscuros
te abrazaba, como si del aire su dueño
pero escapabas, como un falso nudo
Y de nuevo, envuelto en la seda de tu vestido
donde me refugio, donde siento y calmo
mis deseos más íntimos, te abrazo
y duermo, mi musa, a solas contigo.