Rosario se llama aquella tierra linda,
Aquella que hace poco conocí,
Y mi alma con cadenas, aquel suelo, ha prendado;
Rosario se denomina su terrenal dimensión
Rosario, Rosario…
Rosario como el religioso objeto,
Por el cual ave marías cuentan por decenas
Rosario, sí, así se llama aquella tierra
Que en sus riveras suspirando me vi
Que, absorto, por aquel majestuoso monumento
Embelesado y atónito me dejó
Rosario y sus parques hermosos y dedicados
Que a meditar invitan,
¡Oh Rosario! Tan breve fue mi estadía,
Y tan larga mi melancolía,
Tan placentera fue tu compañía
Como brazos de maternal cariño,
Como compañera de pesados pies,
¿Cómo no añorar volver?
¡Oh Rosario! Si abreviar pudiera la distancia,
No eres el celeste paraíso,
Pero si donde acurrucar quisiera mi alma,
Porque tú eres Rosario,
Rosario, imponente y golpeada
Rosario, con historias gloriosas y sencillas
Rosario, con victorias y derrotas,
¡Oh Rosario! Como mi Rosario.