Ya no tengo más patria
que tu cuerpo desnudo,
el fugaz paraíso
donde quiero anidar.
El jardín del edén
donde como tus frutas,
las jugosas manzanas
del bien y del mal.
Donde pierdo mi rumbo
enredado en tu selva
y me fundo en las nieves
de tus muslos en flor
Donde bebo la pulpa
de la fruta madura
y mi espada de fuego
se quisiera arraigar.
tus cabellos perfuman
el color de mis sueños
el olor de tu cuerpo
me penetra la piel
y tu trémula boca
arrebata mi lengua
y tus labios en celo
me destilan su miel
Cuando asciendo a tus cumbres
coronadas de fresas
o me clavo la espina
de tu ardiente rosal,
desafío a los Dioses
y reniego de credos
solo quiero en tu tierra,
mi semilla sembrar