A ese antiguo oficio, por muchos años yo me dedicaba.
Un dia me invadio tanto la tristeza que la salida era elegir entre el dinero, los lujos, las noches de fiesta,
y el placer de vivir...
Eso tuve que hacer, elegir.
Y valientemente elegi el placer de vivir.
Deje el dinero ese que me daba de comer,
deje de cobrar por mis servicios y comence a disfrutarlo,
me enamore de uno de mis clientes, pobre para mi desgracia.
Pese a eso prometi conservarme solo para el.
Y asi fue como de rica triste
yo pase a estar
contentamente quebrada.
Para el placer de mi esposo,
no he dejado de ser lo que antes fui,
pero ahora lo soy solo en su cama...
Una prostituta enamorada.