Errabundo está, es él, el pensamiento
se ha montado en una nave, es la nave
del recuerdo, que en su arca ya no cabe,
que acrecienta en tanto va y pasa el tiempo.
(Su amo ha salido para tomar un viaje
porque al viajar va remozando su acervo),
él aprovecha como para cobrarle un peaje
y se resiste, y picotea como un cuervo.
Infructuoso y ante la terca imposición
este ha debido resignarse, ha desistido,
cede ante amenaza de posible democión.
Sucumbe ante quien le impone condición,
ante aquel que ahora ser poeta se ha creído
a quien asistir debe, con diligente sumisión.