Desearía algún día poder ser la razón,
Que en ti provoca llantos y suspiros;
Y descubriera extasiados en tu corazon
Sentimientos que son del alma murmullos,
Y conforman el gesto que yo tanto ansío.
Me separan de ti tanto miedo y mil muros.
Y aún el llanto en mi rostro se extiende.
¡Dulce ser amado, que desesperada cubro,
Dadle a mi sufrir el sutil consuelo,
Por el cual mi gozo yo entregue!
Aún penando en un rincón oscuro,
Aquel remedio que yo tanto anhele,
Llamado es sonrisa y de su rostro emerge
Cual luz primera de la más bella estrella
Que en la faz de este mundo existiese.