argantonio

Aquellos veranos

Vuvíamos en un barrio obrero con mucha historia

Había iglesias, conventos y sedes de cofradías

Y había madres de huérfanos de aquellos días

Diría que en mi barrio convivían el infierno y la gloria.

 

En la hora de la siesta no todo dormía

Cuando mayor era el silencio oíamos la cigüeña

En lo alto del campanario la más musical enseña

Me sentía unido a ella alegrando el día.

 

Éramos pobres pero honrados

Y teníamos derecho a soñar

En un futuro mejor.

 

No andábamos desesperados

Soñábamos con tener a quien amar

Y no recordar un pasado lleno de dolor.