La solidez del misterio:
devorar el mundo en un solo sonido,
derrotar a la muerte en una sola nota.
Audaz,
precisa,
geométrica e infalible
al aire que respiramos.
Un cataclismo de dioses sobre una luna sin rumbo
almidona la noche:
ya me hace falta
-y hoy más que nunca-
pronunciar tu nombre.