Ayer cansancio, tedio, Baudelaire,
sombrío como el vuelo de las brujas en Goya,
casi creando dioses como Homero,
por dentro un perro como Diógenes,
siendo manco, como el que gana cuando pierde, loco, iluminado, Cervantes,
intentando hablar con mis versos como Unamuno,
diciendo algo de que; de todos los fuegos el fuego, Cortazar,
celebrando banquetes como Sócrates,
hablando del viejo y el mar como Hemingway.
Ayer asistiendo al jardín de Epicuro y un poco mas tarde de las nueve pensando en lo que dijo Zaratustra.
Otras veces simplemente cansado de ser hombre como Neruda.