Si, nos duele enterarnos que estamos embarazadas
porque cargamos responsabilidades no pensadas.
Nos duele el proceso completo de los nueve meses
porque nos privamos de gustos y placeres a veces.
Nos duele el cuerpo que se adapta al cambio diario
porque no es fácil con el tiempo seguir el mismo itinerario.
Nos duele la llegada del ser que con amor esperamos
y aunque sea un proceso natural no lo superamos.
Nos duele el llanto que brota por dolor o soledad
aunque muchas veces no sabemos si es o no verdad.
Nos duele la tristeza en esos ojitos cuando los dejamos
a pesar de que sabemos que eso es porque los formamos.
Nos duele la frustración que traen cuando estudian
que muchas veces sucede porque no los ayudan.
Nos duele verlos crecer y el no poder evitarlo
pues esta ley natural no podemos esquivarlo.
Nos duele el amor cuando llega a buscarlos
porque siempre querremos tenerlos y cuidarlos.
Nos duele el error que muchas veces cometen
sin pensar siquiera en todo lo que prometen.
Nos duele que se vayan cuando son muy grandes
a veces a lugares muy lejanos sin que los mandes.
Nos duele su descendencia porque reflejan en ellos
parte de nuestros errores, parte de nuestros aciertos.
Nos duele alejarnos por el paso de los años, día a día sin retorno
y pensar que nos desvaneceremos poco a poco de su entorno.
Nos duele entender, que como todos, nuestra vida es pasajera
y hagamos lo que queramos seremos siempre una feliz viajera.