Julio A. Rocha

UNO MÁS

Íba al super mercado una vez al mes, cualquier miércoles era bueno, ya que solo esos dias se podia conseguír algo de carne a un precio razonable, el resto de la semana si ganabas por jornada 400 pesos se te iban en carne y otras cosas, sobrevivir no era lo más indiciado pero era lo unico que podiamos hacer. A veces era algo curioso ir otros dias, la gente iba como cazadores en busca de las ofertas que tiraban, aunque esas ofertas de mierda son una mentira, te bajan 10 centavos, a veces 30 , como mucho un par de pesos, pero te subian el resto de las cosas, y no faltaba nunca esa vieja indesisa que tardaba años para desidir lo que iba a llevar.
Lo más deprimente era cuando estabas en la caja por pagar y veias que al de adelante no le alcanzaba ni con la tarjeta de credito, y tenia que dejar esos viveres que iban a hacerle falta en su casa, a su familia, más deprimente se volvia la situación cuando querias ayudarlo, pero si lo hacias esas cosas iban a faltar en la tuya.

La mayoria pensara, \"Y porque no vas a la carnicería de tu barrio...\" dejenme contestarles que en el barrio esta igual o a veces un poco más cara, aparte en el super mercado podias mirar a mujeres diferentes y no a las mismas que viven en la cuadra, lq mayoria de esas ya tenian hijos o estaban por tenerlos, no es una imagen muy gratificante que digamos, ademas estaban los borrachos que cada que me veian querian que les leyera algo nuevo, o preguntaban que cuando iba a escribir sobre ellos o sobre el barrio en que vivimos, y no se confundan, eso no molestaba, solo que no tenia ganas de que me sugiriesen sobre que escribir.
Para ellos yo no era un poeta, era uno más y eso me gustaba.