Si la virtud amorosa se encontrase pendiente sobre el péndulo que mese de la dudosa fidelidad que condiciona al ser humano para entregar un corazón, el amor fuese algo externo atado a la normatividad fluctuante del comportamiento exterior de este, es por eso que le doy gracias a la humanidad por permitir que mi corazón se hunda en un mar de dolor, pues si de este no gozara mi ser lo que hoy llamo amor para mí no tendría ningún sentido.