Quizá fue el tiempo.
Golpes de la vida pudieran haberte transformado, alejando una dulce imagen que aún de ti recuerdo.
Quizá una lágrima.
Un amor callado que inconcluso ilustró realidades, pudo afectar aquella sonrisa bailarina dibujada en lo perfecto.
Quizá impaciencia.
Buscar en el riesgo la esperanza de palpar los sueños, pudo marchitar tu sosiego, para así aceptar lo cierto.
Quizá, quizá cambios.
La necesidad de sentirte diferente ante lo insólito, pudo mal enrumbar el camino que tomó tu desespero.
Sí; quizá cambios, impaciencia, lágrimas; quizá el tiempo;
para bien, para mal; no sé la causa, solo sé que te ha cambiado y ahora vives de pretextos.
Eric Rancol González