Estoy harto de Sábato y Pascal
y de sus respectivas verborreas.
Se parecen a esos profes de la U
que aunque no saben nada gozan de púlpito.
A fin de cuentas, ¿quién tiene tiempo hoy en día?
Es comprensible su ignorancia.
Deben ganarse el pan, pero ¿por qué
a costa mía? ¡qué les prediquen a otros!
La realidad es que son parte de
la burocracia certificadora
que come del principio de autoridad.
En el fondo no piensan por sí mismos,
ni menos sus alumnos,
pero sí comen por sí mismos,
me llevan ventaja en ello...
¡¿Qué vale más, huevón,
llevarte la comida a la boca
o morir de hambre habiendo descubierto
algo, lo que sea, pero que sea auténtico?!
Y de nuevo razones que la razón
no comprende. Y otra vez volvemos a lo mismo.
Ojalá no me muera sin haber descubierto algo...