Cometí el error de decir que soñé contigo,
No crea a quien se lo dijo,
Yo nunca osaría soñar con vos,
Pues no aguantaría el despertar.
Digo y reclamo mi derecho al viento,
Que me dejen, que ya paré de llorar,
Que el sol ya no es un adorno navideño,
Llegarán derrotados las guerras a mi puerta,
Esperando una botella de coñac,
Les diré que no, que ya no más,
Que aunque parece el final, siempre hay un detrás.
Y ese detrás puede ser oscuro y siniestro,
Incluso la propia sombra se agota.
Tenga la picardía de echarla, de decirle que sobra.
Rápido notará el alivio dentro.