Tengo la impresión que no puedo olvidarte
pues el tiempo es amistoso y libre conmigo.
Tampoco deja por ese tierno beso relegarte
que diste cuando no sabía cuál era mi sino.
Te convertiste en pasado, presente y futuro
no dejando espacio para la duda en mi alma
porque es en cada minuto que yo te atesoro
disfrutando de momentos dulces en la cama.
No me deja mentir tu vida que esto es bello,
que jamás existirá algo que pueda ser igual,
que solamente tú puedes iluminar este cielo
donde mi estrella se pone en paz a venerar.
Sentirse así feliz es un tesoro que empalaga
quedando así el espíritu repleto de humildad
rezando para que lo eterno presente se haga
mientras dos corazones se unen en libertad.