En mis brazos reposas, pero no te tengo
Y a tu oído hablo, pero no me escuchas.
Te beso los labios... ¿Por qué no los siento?
Danzando contigo encuentro penumbra.
Te vas lentamente... Mi ser no te alcanza.
Gritando en silencio un quejido retumba.
Mis manos son plomo... Mi cara, escarlata.
No puedo moverme de ésta, mi tumba.
Me agito en la cama, cubierta de lágrimas
Cual pasto al viento, recibiendo el rocío.
Entona la noche una triste balada
Susurrando un \"¿Por qué?\" Desde el día en que te has ido.