Comienza la faena del día en el bosque entre seco y húmedo. Son las 6:00 de la mañana, ni tan siquiera se ha tomado su café caliente como a él le agrada. Al salir de la casa, se percata que un auto esta estacionado frente a ella. Lo saluda y le da los buenos días. Lleva consigo herramientas útiles por ser un buen tallador y escultor en madera tallada. Lleva pico, hacha, serrucho, segueta, y una herramienta nueva eléctrica para la tala de un árbol. Consigue ver el árbol más caro de la ciudad, un ébano, es de madera negra muy fina, elegante y encantadora para la esculturas talladas que produce Pedro. En la ciudad existen dos bosques, uno llamado “El bosque de Cenizas” y el otro “El bosque de Caracol”. Uno, porque el sol en verano da mucho calor que a veces a sus hojas y tallos y troncos quema el sol por un excesivo calor y lo llaman así, de cenizas, el otro, por cierto, es en forma de caracol o espiral, hay que dar la vuelta entera para llegar a talar un árbol. La familia de Pedro siempre creían en él como artista de figuras trascendentales, que él, con mucho cuidado y precaución elabora en un taller que tenía detrás de su casa. Pues, sí, Pedro toma el ébano en sus manos y se dice para él, “es de perfecta calidad”. Se dirige hacia su casa y en dirección en el camino se tropieza con una oveja negra. No le hace daño, sale ilesa y cruza el camino. Pedro, se imagina esa oveja negra como una escultura tallada en ébano y por su propio arte. Llega a la casa. Toma sus pertenencias y entra. Su perro Rufo lo saluda. Pedro, inquietante por comenzar su obra más majestuosa decide trabajar en su taller. Entrando al taller se percata que tenia una obra sin terminar. Tiene una mesa grande en el centro donde coloca la madera para comenzar su obra. Tiene dos sillas de trabajo. Muchas herramientas y cuadros que a Pedro le fascina. El tallador de madera no era fácil de engañar con la madera que vendían algunos comercios en la zona. Él, la conoce de punta a punta. Pues, el vecino de enfrente le ofrece a Pedro una madera esculpida en barro para regalarle. Él, de inmediato que la miró supo que no era buena para tallar porque además de no estar en perfectas condiciones tenía polilla, pero le agradece sí, su cometido. Pues, Pedro, yá en su taller, comienza a construir afanosamente su obra más delicada. Era el nacimiento de Jesús en madera tallada y otros dibujos animados para la venta y comercio, donde él los vende a un precio módico. La vecina Pepita, que estaba muy enamorada de Pedro le comenta que, “hoy día la madera esta cara para el comercio allá en los Estados Unidos”. Pero, Pedro no le molesta talar. Él, se prepara para cortar el primer pedazo de madera. Es ébano una madera fina pero, a la vez es fuerte como las demás. Como la caoba, nogal y roble. La madera es fuerte, tenaz, dura y de madera natural. Le hace una incisión por el costado de la madera. Llega al corazón de la madera y zás, corta otra vez. Las corta en pedazos pequeños para la composición de hacer la primera obra tallada. Le viene en el pensamiento, la oveja negra que vió en mitad del camino, se dice para sí, que, “será lo último que talle para la buena suerte y no ser como la oveja negra de la familia”, que dicen por ahí. Y comienza la obra, a ser desgastada la madera fina de ébano para tallarla en una pequeña escultura como es el nacimiento de Jesús. Y a pulir la madera hasta convertirla plana, sedosa y sobre todo limpia. Toma su herramienta, la gubia, para tallar la escultura. Sale airoso con la primera pieza, le pone color y brillo y le da su nombre en la parte posterior de la pieza. En busca de una situación más clara y convincente, piensa en comprar más colores para la artesanía que preparaba. Se dirige a la tienda y compra unos colores, y existen colores claros y tantos oscuros y de todo. Pero, ¿cuál escoger para su artesanía si todos eran bellos?. Se dijo que era un nacimiento y que ellos vestían oscuro y claro también. Escogió unos colores para su labor. Y se dice que, “para un artesano con tanta experiencia y que se detenga a pensar qué color le vá a la artesanía es de locos ”. Y se dice que, “estoy perdiendo la cabeza como un loco enamorado de su labor”. En dirección a su casa, se cruza con una gallina y su cría. Y se dice, “la tallaré también en el rebaño del nacimiento en el pesebre de Jesús”, “seré fiel a mi trabajo, que durante años he forjado para ser un excelente artesano aunque esto no deja mucho, pero, lo hago de corazón”. La vecina Pepita le comenta a Pedro sobre la política de hoy día que qué él pensaba al respecto. Y Pedro le contesta: “yo no soy samaritano ni político, soy un humilde artesano, que se gana la vida vendiendo su artesanía, a pesar de las carencias que pasa el pueblo aquí, me dan lo único que tienen por una madera tallada por mis manos, y ser político es enfrentar la situación democráticamente con el pueblo, pero, no es lo que hacen. Aquí juzgan, hacen y dicen lo que quieran. En el pueblo hablan mucho de marcharse a los Estados Unidos, como está la situación yo me quedaría aquí, aquí, aunque la política este vendida o comprada, como quiera hay que trabajar todos los días, Pepita. Yo, ni siquiera hablo de política aquí en mi taller, es para sordos lo que digo yo. Si no hay peor ciego que el que no quiere ver. Porque la política es para los que mienten y les gusta la mentira, yo no, yo creo en mi Dios, en mi camino y en mi trabajo. Mi Dios, es mi político, mi doctor, mi gurú y mi ermitaño”. Pepita queda clara con la aseveración que le dió Pedro y se marcha del taller. Pedro, continúa su labor y talla la segunda pieza con la gubia, y la talla a la perfección con el eximio de un artesano real. La termina de elaborar y vá hacia adentro de su casa. En su casa, adornada con artesanía innata y de mucha calidad. Y vá en busca de víveres, se sienta en el sofá viejo de color púrpura y piensa en su obra. Y que no detiene su forma de tallar, de esculpir, de formar una artesanía en cuanto a calidad y cantidad. Llega la noche, y decide descansar, y en su habitación se cosecha lo que un día de faena era tedioso, largo y complicado. Porque en su faena esta la más inmensa y forzosa faena, de dar lo mejor de sí, de entregar lo mejor de su obra majestuosa y fastuosa. Él, en su diario de artesano explica cómo va a elaborar dicha labor, en el día de mañana, será un día de lluvia, anuncian, que será largo y muy delicado. Que desechará la mala suerte aún lado, donde la maldad será un presagio y una predicción de las que se queden en él. Es de madrugada y no concilia el sueño, se vé el horizonte lejos de aquí, como un mar travieso, sin calma y bravío. Y que certifique la buena calidad de la madera, de su mano de obra y de su instinto de pintor. Es una combinación de ambas cosas, es crear algo nuevo de algo imperfecto. Es el hecho de hacer un nueva faena para la cultura universal del mundo actual. El tallador de madera, es un artesano diferente, intelectual, eficiente, y muy inteligente. Cree, que en su labor es de cierta preocupación, porque es de saber que es de mucha envergadura tallar esa obra, de elaborar un cierto trabajo, de saber que estamos siendo cómplices entre la madera, la obra y la inteligencia de sus manos con la gubia dar un lienzo casi perfecto en la madera imperfecta. Pedro, con aún, sueño en la cabeza y los ojos casi cerrados por la somnolencia. Se levanta de su cama, vá al baño, se asea, y come su desayuno. Vá en rumbo, hacia la parte de atrás de la casa, a su taller, Rufo le brinca en dos patadas, y por poco lo hace caer en el suelo. Llega a su taller, donde elabora la majestuosa y hacendada artesanía. Nota que en las dos piezas que yá elaboró, están secas, brillosas por la pintura en brillo, majestuosas, bellas y verdaderamente una obra de arte donde existe la belleza, la hermosura y la tradición, la cultura y la historia, donde puede ser más exquisita, más complaciente y más real. El tallador de madera, el más caudaloso de la región se vé distraído porque en su camino se cruza una liebre tan veloz como sus ojos la pudieron ver. No hace caso, y se dice que, “es un milagro de Dios, la belleza de esta obra”. Cuando se percata que en la puerta existe un amuleto de un dije de un colmillo del elefante. Donde siente en su pecho una sensación de felicidad. Pero, quizás sea de mal agüero, lo que acontezca en el día o en el resto de su vida. Pedro, continúa su obra en el taller. Un pájaro, ahora se atraviesa por delante de Pedro, y él, se sacude la cabeza por tan veloz su vuelo. Se nota un silencio de los que da paz la vida. Pero, a Pedro le sospecha. Desea salir del taller para saber qué pasa, pero, en su naturaleza de artesano responsable no le permite salir. Él, queda atrapado entre su perfección, entre su delicada paciencia para desgastar la madera del ébano con la gubia, para dar comienzo a una nueva pequeña escultura, llamada José. Porque ya terminó a María, con su atuendo de virgen sagrada de color blanco y azul. Y al niño Jesús en medio del pesebre en pañales de algodón. Pedro, en su buena bondad decide regalarle a Pepita una escultura que desde hace tiempo había tallado, y era un elefante con un colmillo. A Pepita le gusta y le dice a su vecino que..., “gracias por el regalo”. Es un día muy malo para el tiempo, hay una tormenta impetuosa por la isla. Se dice que es un día templado de cencios, y que hay muchos nubarrones en el cielo. El tallador de madera, Pedro, se hace de la fantasía para crear una obra casi perfecta. Es el nacimiento de Jesús. Él, lo ha confeccionado todo de una manera y forma casi perfecta. Es otro día, con un sol radiante, y vá en busca de madera nueva hacia el “bosque las cenizas”, es el ébano lo que él busca, es una madera de color negro, con una esencia verdadera de lucidez, brillosa y hermosa para la confección de madera tallada. Su vocación es alterar su obra con el brillo de una artesanía casi en la fantasía de cualquier artesano. Vé el árbol casi perfecto, es el ébano, la madera verdadera y la que desea él. Él, en su naturaleza de artesano vive contemplando la forma más natural de crear esa obra perfecta que él en su imaginación vé y crea para el gran disfrute de la gente que sigue a sus creaciones. Vá de camino, después de talar el ébano, y se cruza frente a él la misma oveja que él en el camino hace unos días le había cruzado de frente. Él, se dice no es posible que el mismo rayo caiga en el mismo lugar. La misma oveja, pero, ahora en el “bosque las cenizas”. Oye del cielo un trueno y se dice que es de la tempestad del día de ayer. Él, como es tan bueno y casi altruista ayuda a un anciano a cruzar la calle. Se dice que en ese camino murió un anciano y que su espíritu aún vive ahí en ese mismo lugar. Será casualidad, que el viejo aún vive o será una leyenda que todavía no fragua su cometido. Vá de camino hacia su hogar en el pueblo y conversa con el vendedor de la esquina. El tallador de madera se encuentra ahora en una situación sin precedente, y es que en la comarca donde él tiene el taller en elaborar la artesanía, el vecino se queja de los ruidos escandalosos que él con su labor elabora allí. Y como él no tiene un permiso por el gobierno por haber construido allí, el vecino quiere que destruya ese pedazo de contrucción donde queda su taller en la parte trasera de su hogar. Pedro, se entera de todo por el vendedor de la esquina que es compadre del vecino. Ahora, queda a la expectativa de saber si él se quedará allí o se irá a mudar a otro lugar. El tallador de madera y queda su vida a la suerte. Mientras tanto, se apura a terminar su obra de madera en el taller que tanto le ha dado. Su virtud es ser un gran artesano, y lo será hasta la muerte. Ha seguido a grandes artesanos de la historia, a escultores y pintores como lo fueron Da Vinci, Francisco Oller y Rodin.
Continuara…………………….