Jesús Pérez Romero

EL CALOR DE UNA CARICIA

Como los juncos flexibles

que luchan

desesperadamente

contra la corriente del río…

Mis manos torpes y frías

tratan

de sujetar a duras penas

el calor

de una caricia juguetona

que una madrugada 

se perdió

en el vientre del mar

ahogada

entre las dudas y los celos.