Aureolas heridas de soledad
desnudan siluetas imaginarias
húmedas al último vestigio de atardeceres
Llevan tatuajes encendidos como maderos al talle
arenales curtidos de espera sin canaletes ni promesas
solo nombres
ahogados cantos
melancolías de las orillas
Frente al mar conmemoro la ciudad que me ciñe
recuerdos que se desgarran
Río de mis memorias