En la huerta un olivo hemos sembrado
tu mujer, y tus hijos, en el llanto
En la pena y el dolor hemos regado
sus raíces y tu alma con quebranto
Se hará hermoso el olivo día a día,
abonará tu recuerdo bendecido,
nos cambiará la pena en alegría,
llorará el paisaje agradecido
Sus ramas formarán un corazón
-a cada instante-
elevado hacia el cielo, donde habítas,
tus ojos tan azules, tu semblante
volverán a vivir en Piedrahíta
Siempre estarás iluminando el cielo
que te vió nacer
-vivir un tiempo-
entre las piedras de tanto desconsuelo
y las soledades lloradas por el viento
Fueron ausentes tus hijos de la tierra
donde querías volver
para el descanso eterno,
fué tu deseo como la guerra
que acompaña hoy tu largo sueño
Antoncolonias75
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