Horas llevamos amándonos.
Vaciados ya de todo orgasmo
solo somos dos charcos
de sudor caliente,
de lluvia y semen.
Te muerdo los labios.
Todos los labios.
Me alimento de tus espasmos
La luna se tapa los ojos
vergonzosa por el espectáculo
pero en el fondo tiene envidia
y sueña con ser penetrada,
fuerte, por todos sus cráteres.
¡Qué golfa eres luna!
¡Qué golfa!