Esta apunto de marcharse, tomo su saco de la mesa desordenada y se amarro el corazón para no decir mas, camino hacia la puerta y comenzó a girar la chapa lentamente, aun le quedaba esperanza, aun le quedaba amor por el.
—Quedate, aun queda un poco de café, le calentare a fuego lento, mientras me guías en silencio ha donde tus sueños siempre me han mantenido , donde el alma es una, ha donde la caricias lo arreglan todo, justo donde los besos no han llegado jamas.— Sono justo al otro lado de la habitanción su voz agrietada, pidiéndole una noche mas. aquella mujer a la que tanto amaba, a la que siempre lastimaba.
Y como fue prudente ella se quedo a compartir las sabanas, hacer el amor aquella noche. Solo aquella noche.
Aun se amaban, pero en este mundo tan insiento un mañana no seria garantía.
Un adios a marchas forzadas, trae el mas grande dolor, pero también trae a un buen amante en las noches de frío sin condición.
Decidieron ser amantes después del adiós y verse cuando sus ventanas ya no tocara el sol, cuando la playa estuviera sigilosa y tuviera espacio para dos, para dos que jamas dejaron de amarse a pesar de estar con alguien mas.