Tu silencio es la espada que me hiere,
la feroz dentellada que me mata,
es la sal derramada en mis heridas
y la garra que arranca mis entrañas.
Es la hiel que derramas en mi boca,
es la sed que lacera mi garganta,
el vacío que atruena en mis oídos,
la tiniebla que enturbia la mirada.
Y me voy consumiendo lentamente
al faltarme el calor de tus palabras,
el aliento divino de tus besos,
el calor de tus manos tan amadas.
Solo espero que mi ultimo suspiro,
llegue a ti en la flor mas perfumada
y por fin enredado entre tu aliento
me diluya en el fondo de tu alma.