Cuando yo me muera no te preocupes por pasar horas al lado del feretro, lo que hiciste en vida me sobra y me basta, recordaré como me cuidabas en la camilla de aquel hospital, como me sacabas a pasear al parque al ritmo de mi bordón carcomido por polillas.
Cuando yo me muero no es necesario una serenata con mariachis, bastó el tiempo en q me escuchabas en la regadera cantar o las noches en que cogia mi guitarra y empezaba a tocar melodías que aún no recuerdo.
No es necesario que me lleves ramos ni coronas de flores, basta con la sonrisa que me diste en vida, juro que fue la flor más bella que se plantó en el jardín de mi corazón.
Cuando yo me muera no es necesario las lágrimas, los lamentos; bastó con tu tiempo, los domingos que me sacabas a pasear, la paciencia con que me repetias cada cosa que mi mente no era capaz de recordar.
Cuando yo muera, coloca encima del ataúd una paloma blanca, porque será el símbolo de mi libertad 🗽, he estado encerrado en este cuerpo humano muchos años y ya veo la Luz, la mañana asombrosa que me prometió Jesús.
Cuando yo me muera, recuerda que en cada taza de tinto estará reflejado los momentos después de la siesta en que juntos compartíamos un café bien cargado con poco azúcar.
Cuando yo me muera quiero que recuerdes la mejor versión de mi que yo llevaré grabada en mi alma el cáliz de tu sonrisa y llevaré impregnado en el corazón tu carisma, allá los compartiré con Dios como los únicos regalos que pude sustraer de la tierra.
Cuando yo me muera recuerda que siempre te amé hijo mío y que hoy (en ese día) me han llamado a cubrir una vacante en el cielo, sonríe porque en cada estrella te sonreiré y en las nubes intentaré formar corazones para recordarte cuanto te quiero... Con amor tu querido viejo... Lord Vanvle