Y yo que buscaba la felicidad perpetua
añorando encontrar la máxima justificación de mi existencia
navegué por diferentes senderos:
en el barco de la matemática y sus teoremas
en la nave de la literatura y sus poemas
hurgando en los secretos de la misma naturaleza
y me di cuenta que la culminación de tal proeza,
sólo era posible; internándome en tu alma
refugiándome en tu belleza.