Buenos Aires apagó todas sus luces
y tendió la alfombra desteñida sobre el fango,
de Úbeda a Madrid con las caras y las cruces
volvió Gardel, con otro tango.
Los púgiles alquilan todos los balcones
en avenida Corrientes y Bouchard,
en el centro del ringside las emociones,
Joaquín Sabina le canta al Luna Park.
Amaneceran en la liturgia de sus rimas
once lunas llenas contra el dolor profundo,
barnizando con canciones y resina
este noviembre que ya no nos lastima,
”La canción más hermosa del mundo”,
... es gritada por Sabina!