Es la certeza del sentir
que nos alimenta,
es nuestro aliento
y nuestro barco,
¿a la luna le importará
cuántos besos
nos hemos dado?.
Permanecemos aquí,
aquí nos trasnochamos,
entre poemas multisilabos
que se nos riman solos,
y eso la luna
puede corroborarlo.
Hemos soñado besos,
tantos,
tantos,
que no podríamos
darnoslos todos,
pero podemos intentarlo.
Si sujetásemos las bocas
en un festín
de labios,
hasta morir a besos,
o hasta vivir besando.