Cuando ya todo sea ansia perdida,
Cuando ya nada quede sino amor,
Cuando ya haya pasado ese dolor
Que llenaba aquel mar tan homicida;
Tan solo quedará la luz sentida,
Ese aliento de cálido fulgor;
La esencia celestial de suave olor
Que siempre, para mí, fue agua de vida;
Tú quedarás por siempre, dueña mía,
Y contigo estaré como un respiro;
Cual música de fondo en melodía,
Cual alma que se esconde en su retiro;
Seré en eterna noche, la alegría
De vivir para siempre en un suspiro…