De un tiempo a esta parte
el silencio
se nos hincha cada mañana
como un panal
donde miles de abejas
tejen desnudas golosinas.
De un tiempo a esta parte
tu mirada esquiva
se esconde
en las esquinas del silencio
y tus labios
manantial de calor ausente,
se pierden en el vientre
oscuro de la noche
buscando una hoguera
donde quemar su cuerpo.
De un tiempo a esta parte
la oscuridad
envuelve los ojos del sol
y un lamento
cotidiana llora en cada esquina.