La nada
Interior de la torre,
El vano de su ventana
En lo alto, ojo de hombre
Que vigila al Moncayo
Alzado, y a Peñalara.
Cilindro hueco, agujero
De aire, capturado
En la atalaya, preso
Sin delito, y sin tejado
Celda construida franca
De ladrillo, de silencio.
Su boca, una puerta
Sin dientes, y labios
Abiertos, de astillada madera
Vieja, ofrecen espacio
Al estómago muerto
Y al intestinal vacío de la espera.
Esqueleto del tiempo,
Arena sin reloj, sol
Sin sombra, segundero
Varado, en el día farol
Luminoso, y sola
En la noche de invierno.
Tan gigante
Por genealogía de molino
Épico, Polifemo del valle
Callado y dormido,
Cíclope ibérico
En pie... En mitad del paraje.