Soy Juan y estoy aquí
en medio de la multitud
el griterío aturdidor
se mezcla con aires rancios.
La plaza de a poco se fue llenando
cada uno, tímidamente
mirando al otro
extraviando las miradas
comenzamos a gritar
hasta que algunos lloraron
las mismas palabras
de unos y otros
cargadas de bronca
ahogadas en gargantas secas.
Ya pasaron algunas horas
y sin pudor
comienzan a orinar
en medio de gritos
sudores agrios
y puños cerrados.
Nadie se va
la oscuridad se adueña
sigue el grito monótono
de un reclamo turbio.
Cada vez somos más
alguien cayó
y es pisado por la turba
y por mi
que replico los gritos de todos
como un clamor
insensato, enorme
como ese cielo azul profundo
sin luna ni estrellas
que voy gritando
con los demás
en una plaza, a la que llegué
de pura casualidad.