argantonio

El río venerado

Un río que ayer fue manantial,

encontró en el camino el mar,

una sequía y un torrencial,

nunca se secó y se hizo amar.

 

El río cada día más humano,

dando vida a pueblos y ciudades,

venerado por el árabe y el cristiano,

río tú solo, vale por todas las creidádes.

 

Préstame tu gran poder,

tú que calma la sed,

y la tierra riega.

 

Para tu poderío tener,

concédeme tu merced,

que a quien te adora no se niega.