ESQUELETOS DE RIO
De los pies hasta la testa
mido con brazos abiertos
una esfera imaginaria
donde habita mi silencio
Y converso con mutismos
mi timbre de voz es eco
llega por sendas praderas
hasta el puente de un riachuelo
Hoy no hay corriente que avance
está como estoy yo, seco
mostrando piedras de fondo
son huesos de su esqueleto
Corre ligera y poca agua
cual lágrima de un espejo
reverberando los bríos
de un cariño y sus cortejos
¡Estamos igual amigo!
Yo aún, estoy que recuerdo
cómo sonrisas corrían
como agua de viejos tiempos
Brisa cálida llegaba
cual páginas de un cuaderno
y entre ellas siempre he guardado
dos claveles de mi huerto:
Uno, por su cumpleaños
otro, en fecha de su entierro
Dime tú ¿a qué recordar?
¡Son cosas que ya se fueron!
Lo que por siempre se va
pues ya no tiene regreso
Solo queda como tu agua
lágrima del sentimiento
que riega mustia ribera
como riega pensamientos
Mira... ¡Cómo lo amaría!
¡Que se me rasgó el pellejo!
Cuando entró a la loza fría
¡Yo moría con el muerto!
Y estando en sumo afligida
yo sentí por un momento
que carnes se me caían
¡Por no tener más alientos!
Y antes de desvanecerme
y caer al hondo hueco
¡En mi instinto de locura!
Cerré tan fuerte mis dedos
que no medí que mis uñas
¡Eran cual garfios de hierro !
¡Cerré tan fuerte mis puños!
Que llegaron a mis huesos
Ve… ¡Mira mis cicatrices!
Que yo no te estoy mintiendo
Y me devuelven al sepulcro
¡Con un romance en espejo!
Que me brinda día a dia
¡La figura del recuerdo!
Dime tú, ¿cómo olvidar?
si todo el dia, me estoy viendo
¡Soy tanto como eres tú!
¡Somos un riachuelo muerto!
Con una lágrima en punta
¡Incrustada en nuestro pecho!
Y con las piedras que punzan
¡Mostrándonos esqueletos!
Solo diferencia estriba
que a ti, te vuelven al lecho
bondades de primavera
con sus lluvias cual helechos
A mí, a mí solo me espera
los cuarteles de mi invierno
con la pena que lastima
¡Al alma de los infiernos!
¡Riéndose de mí, la vida!
Con escarnio de refuerzo
sacudiendo mis entrañas
¡Con puñaladas de acero!
¡Ay porque si, que lo amaba!
Con mi alma y todo su empeño
¡Ay que hasta el aire me falta!
Cada vez, que te converso
de estas podridas heridas
de mi fatal sufrimiento
Mira, mira buen amigo
mañana juro, te cuento
juntamos lágrimas, y
¡Carambas, se hace un rio nuevo!
Beatriz Vicentelo 16.11.17
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