Un amor violento arribó a mi puerta,
me tomó del cuello y apretó con fuerza
Yo pregunté; ¿por qué tanta violencia?
No contesta y más fuerte aprieta.
Las lágrimas brotan marcando huella,
me falta el aire y voy perdiendo la fuerza.
Me suelta y revolea su puño
que destroza la cara ya maltrecha.
La sangre se derrama y me despierta
va por la piel magullada y se seca.
El dolor es tan grande que me atormenta
cuando un golpe más se completa.
Caigo al suelo y todavía me patea,
todo se confunde pero no me deja.
Soy fruto del hoy en esta vida incierta
pues un amor maldito ha llegado a mi puerta.
La humanidad se asombra
mas nadie creyó que era víctima
Nadie inmovilizó a la bestia.
Ahora es tarde... porque ya estoy muerta.