Tronó la noche en mil silencios de sangre
Solo oigo la voz apagada de la vertiente que llora
Sutil corazón, carne fresca de la alborada
Madre, hija. Esposa, eres flor diamantina.
Un sollozo por ese hombre, que amor ya no es
Quizás es terror y dolor dibujados en la piel.
Una voz crece con ataduras de muerte
Sobre la cabeza del cómplice silencio
Con ojos de espejos ciegos
Y oídos callados al borde de los deshechos.
Sueño, sueños, vida destrozada cien mil veces
Sueños, sueños, vida, hojarasca de sangre
Mujer! Grita tu grito desangrado
Expulsa de tu vida toda hierba amarga
Que tu voz no se pierda en el barro del engaño
Viendo con ojos vacíos días de negras mieles.
Mujer! Gorrión callado, al borde del abismo
Sé, águila, despliega tus alas, ¡vuela hacia la luz!
Nelly H