Querría escribirte, el más bello poema. Poder expresarte con palabras, todo lo que bulle, en mi interior. Pero sigo siendo, más poema, que poeta, pues el don de la palabra redonda, no se me ha otorgado, como a ti si.
Eres el sol y eres un rio, casi diría, que eres el Guadiana. Si, como el apareces y desapareces, en mi vida. Vienes sin avisar y yo, que te admiro “tanto” te dejo pasar, hasta la cocina. tu, no se porque, te asustas y te marchas . Hazme un favor, si decidieras volver de nuevo, hazlo, y si no es, para quedarte, al menos dime, ¿ que es lo que de mi te espanta?
Gritando, en la oscuridad
mi voz se quebró
Y ¡Desperté!
Con los ojos aún húmedos,
solo recordaba un sol…
A veces una luz potente,
Nos puede deslumbrar, y no dejarnos ver.
Y en ocasiones, verdades insólitas,
nos asombran y paralizan.