Como el polvo denso y volátil que cubre
con su manto gris las arenas del desierto…
Busco en la locura de un nuevo amanecer
el oasis que calme con su manantial
de espejos rotos
la sed que provoca en mi corazón
el recuerdo de tu ausencia.
Lloro suspiros perfectamente ordenados
aleatoriamente
en el marco vacío de un sueño…
Y cada madrugada desnudo mi cuerpo
para escapar
como un ocupa clandestino,
por las ventanas abiertas de la soledad…