Callado, en silente,
como la noche depejada de los ruidos del ayer ,
me miro y no se porque pensar.
Los dias pasan y la nada
invade mi espiritu sin poder hacer nada en las sombras de mi alma.
Estrella de mis días, de mi historia de mi ensueños,
guia a las luciernagas fundidas por el correr de las noches, de los días.
Calmada se haya mi alma o cansada de correr al vacio?
Tranquilo me siento ahora como la luna enamorada que sin saber de su amado se lanza al precipicio de la oscuridad inerte,
dando de su esencia misma lo poco que la divinidad le habia regalado.
No importa, su palides nocturna,
invade los corazones con su frio aliento y calida blancura.
Cansado de correr de mi esencia,
Me invade la desolación de los incautos,
Me susurra la duda de los necios,
Sacuden en el tempano de mi corazon
Las migajas de la musica silente.
Porque tanto pesar sin motivos,
Porque mirar a la nada de tu corazon,
Porque buscar en lo hondo de mi desierto
Los colores de la creación.
Bendita laguna del tormento, que te hace vibrar con tu palabra,
Regocijense los cielos y las cumbres por la paz de las hormigas,
Por la alegria del sinzonte y la astucia de la rata,
Por la caricia de la lluvia y el susurrar de la plata.
Ya se pone en el ocaso el reloj de arena fina
Las sombras de los suenos se acurruca en mis espaldas,
Ya se termina la lucha de las divas,
Y Morfeo con su manto viene ahogando mis mortajas.