Hoy me detuve ante el espejo
una cana asomaba en el cabello
como un hilo delgado de plata
que recordaba lo interesante y bello.
Seguía con detención la mirada
de ese cuerpo pequeño
van apareciendo arrugas
como cuando uno es risueño.
Junté mis manos al pecho
pensando como habían cambiado
los dedos huesudos y chuecos
las uñas han perdido su color rosado.
Y de aquel joven entusiasmado
va quedando solo el retrato
bastante viejo y deteriorado
pareciéndose un artista de teatro.
Así pienso lo hasta la hora vivído
la suerte inagotable me ha favorecido
un amor magnificamente estable
con intensas ganas lo he adquirido